He encontrado un método infalible para multiplicar mi fortuna sin ningún esfuerzo. Se llama matrimonio y es tan viejo como la propiedad privada. Mi futura esposa será la hija de un accionista mayoritario de cualquier sociedad que cotice en bolsa.
Con este enlace voy a matar dos pájaros de un tiro. Por una parte recibiré una dote impresionante y por otra tendré una mujer educada en los mejores colegios privados del mundo que no tendrá que aprender a moverse entre los círculos mas granados de la alta sociedad.