
Es bueno que los trabajadores puedan tener dos o tres días de vacaciones durante las fiestas de sus pueblos. Con ello conseguimos tenerlos contentos y que su productividad aumente. Sin embargo en la última semana ha ocurrido algo terrible. Durante las fiestas en honor a San Fermín, una de las peñas ha cometido el sacrilegio de caricaturizar a la santa iglesia.
La autoridad debe sancionar inmediatamente esa ofensa. No podemos permitir que se mine la influencia de iglesia en los obreros. La curia debe seguir educando a las clases bajas en la resignación cristiana para que sigan conformándose con la vida que les ha tocado vivir y no intenten cambiar su realidad social. ¡Haber si al final van intentar quitarnos los privilegios a los ricos!