Hoy he encontrado una comunidad de nostálgicos del Franquismo en la red. Es admirable que aun quede gente que defienda los gloriosos valores de la sagrada cruzada. Un tiempo donde las fuerzas de seguridad eran respetadas, no había crispación política y los empresarios imponían las condiciones laborales más beneficiosas para la empresa.
Ahora tenemos sindicatos que corrompen a los obreros, partidos políticos que se presentan a elecciones, televisión sin censura... Pero si hasta los desviados se pasean por las calles sin ser detenidos.
Si queremos ser una potencia mundial debemos volver a una época de libertad (para escoger los números de la lotería), moralidad (donde la homosexualidad se permita exclusivamente de la discreción del seminario) y apoyo a las empresas (refundando los paternalistas sindicatos verticales)
