Unión de Bloggers Hispanos

jueves, 7 de junio de 2007

BUSINESS CLASS.


Estoy hasta las narices de la clase turista. Ayer cogí un tren para ir a Madrid y de repente, se sentó a mi lado una pareja de jóvenes. Durante todo el viaje no pararon de darse el lote. No estoy hecho para viajar con las piernas encogidas, en asientos estrechos y acompañado por ociosos que no tienen decencia.

Durante el trayecto observé el vagón de primera clase. Eso es otro mudo: asientos de cuero, pantallas de televisión individualizadas, amables azafatas... Y que decir de los pasajeros: sacerdotes, hombres de negocios, señoritas guapas y elegantes…

Tiempo al tiempo, pronto los ingresos que obtenga por leer correos electrónicos de publicidad serán suficientes para viajar con la distinción que merezco.

 
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